martes, 24 de junio de 2014

Chocolate, amarga felicidad



¿Quién no se ha enganchado a una enorme tableta de chocolate después de sufrir algún bajón emocional? 


Estudios recientes aseguran que no se trata de un ataque de gula o ansiedad, sino que detrás de esta acción hay una explicación química y biológica.

Esa sensación irresistible del chocolate derritiéndose en tu boca, del amargor del cacao penetrando en tus papilas y que crea una explosión de sabor, puede atacar en cualquier momento. 

El chocolate es uno de esos alimentos  universales a los que casi nadie se puede resistir en cualquier lugar mundo y es que son muchas las razones por las que ese alimento negro y amargo nos inunda de felicidad.

Chocolate con historia

El cacao es el principal ingrediente del chocolate y su contenido determinará  la pureza del mismo. Se conoce como cacao a las semillas del árbol Theobroma cacao: Theobroma significa "alimento de los dioses" y cacao viene de una lengua precolombina "kak-kau". Kak, quiere decir rojo (en referencia al color de la cáscara del fruto) y Kau, representa la fuerza y el fuego.


Se sabe que los primeros árboles del cacao crecían de forma natural a la sombra de las selvas tropicales en las cuencas del Amazonas y del Orinoco, hace ya unos 4.000 años, y empezó a ser cultivado por los  Mayas y Aztecas hace más de 2.500 años para la elaboración de un brebaje picante llamado “tchocolatl”. En su elaboración se mezclaba  pasta de cacao con pimiento, pimienta, vainilla y agua.


Cuando en 1519 Hernán Cortés desembarcó en México, el emperador Montezuma le ofreció “tchocoalt” y Cortés dijo “con esta bebida podemos viajar todo el día sin cansancio y sin tener que comer”.

En 1524, esta misteriosa bebida llegó a las cortes españolas, donde se transformó añadiendo  azúcar, miel, vainilla y canela, convirtiendo este  brebaje amargo de los aztecas en una bebida muy dulce que rápidamente  conquistó el paladar de los españoles y expandió sus propiedades por todo el continente europeo. 

En el siglo XVII en España, los monjes  mejoraron aún más la adaptación de esta apreciada bebida añadiendo  leche y creando por tanto el “chocolate”. La corte española mantuvo como secreto de estado la preparación de esta bebida  y sólo los monjes conocían el procedimiento para convertir el fruto del cacao en chocolate.

No fue hasta mediados de ese siglo cuando el chocolate sufrió la transformación de líquido a sólido, y en 1657 un  francés residente en Londres inauguró “The Coffee Mill and Tobacco Roll“, tienda en la cual se vendieron las primeras pastillas sólidas del chocolate.


En la actualidad el chocolate es el alimento que se obtiene mezclando azúcar con dos productos derivados de la manipulación de las semillas del cacao: una materia sólida (la pasta de cacao) y una materia grasa (la manteca de cacao). A partir de esta combinación básica, se elaboran los distintos tipos de chocolate que dependen de la proporción entre estos elementos y de su mezcla, o no, con otros productos tales como leche y frutos secos.

Hoy en día, el chocolate sigue siendo muy apreciado y tiene un consumo razonable en España,  de 12gr/día entre los niños y de 6 gr/día en el caso de los adultos; y tal como en tiempo de los aztecas, el chocolate sigue siendo considerado como alimento beneficioso para la salud.

Chocolate como antidepresivo

Hace más de cincuenta años, los científicos descubrieron que la depresión es una alteración bioquímica que afecta a los neurotransmisores de las células cerebrales. El origen puede ser genético, psicológico, o con mucha más frecuencia de lo que imaginamos, el factor nutricional se encuentra en la raíz del problema, y por tanto también la solución. Por tanto es  esencial que la alimentación aporte al organismo las vitaminas, aminoácidos, minerales y proteínas necesarios para la formación de sustancias que ayudan al equilibrio y bienestar mentales.

En el cerebro, la comunicación entre las neuronas, células nerviosas, se realiza a través de la sinapsis química. La célula presináptica  envía información a la siguiente célula(postsináptica) liberando hormonas neurotransmisoras que se liberan al espacio sináptico. Una parte de estos neurotransmisores serán captados por la célula postsináptica, otros serán recaptados de vuelta por la célula presináptica y el resto permanecerán en el espacio sináptico. El tipo y concentración de los distintos neurotransmisores en el espacio sináptico serán los responsables de originar la depresión. Actualmente sabemos que algunos neurotransmisores como la serotonina son los principales responsables y que un nivel homeostático inferior desencadenará un cuadro depresivo en el individuo.

¿Qué contiene por tanto el chocolate que le confiere estas propiedades?
La respuesta la encontramos en algunos de los principios activos clave que contiene el cacao, destacando su contenido en:


Fenilalanina y Triptófano: son aminoácidos que estimulan la producción de serotonina e incrementan de forma natural los niveles de este neurotransmisor en el cerebro.

Hierro y Magnesio: minerales esenciales en las reacciones metabólicas que combaten la depresión.

Teobromina , Cafeína y otros alcaloides que producen una sensación energizante que combate la  fatiga y la apatía típica de los cuadros depresivos.

En conclusión,el chocolate proporciona  una sensación de placer innegable, es antidepresivo y genera hormonas de la felicidad. 


Con esta oda al chocolate como antidepresivo natural no queremos incitar a nadie a lanzarse a comer chocolate sin medida para prevenir o combatir la depresión. Su alto contenido calórico es evidente y debemos tener mucho cuidado con la alimentación cuando estamos sufriendo una depresión, ya que es un momento crucial en el que pueden aparecer trastornos alimentarios graves.

Lo ideal es tener al chocolate de nuestro lado y no en nuestra contra. Así que ten siempre a mano unas onzas de chocolate que te devuelvan la sonrisa. Y de vez en cuando, cuando tu cuerpo te pida una alegría chocolateada regálate un delicioso postre. Que te sentirás mejor,  seguro.

Fuentes consultadas:

Stephen T. Beckett, (2008), «The Science of Chocolate», RSC Pu., 2ª Ed, pp:54
Ingall, Marjorie. «Chocolate can do good things for your heart, skin and brain». CNN Health.
Haynes, Fiona. «Chocolate as a Health Food?». Low Fat Cooking. 
Matissek, R (21 Apr 1997). «Evaluation of xanthine derivatives in chocolate: nutritional and chemical aspects». European Food Research and Technology 205 (3):  pp. 175–184.
Smit HJ, Gaffan EA, Rogers PJ (2004). «Methylxanthines are the psycho-pharmacologically active constituents of chocolate». Psychopharmacology vol. 176 

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